miércoles, 17 de marzo de 2010

Con derecho a réplica


Hace unos segundos, mientras escribía esta entrada, una nueva réplica nos ha sacudido.  Fuertísima.  Debió ser entre 4º y 5º, pues así de fuertes son, aunque ya hayan pasado 18 días desde aquel 27 de febrero.
¿Por qué este título? Pues la naturaleza se arroga el derecho a réplica y son constantes los temblores que durante el día interrumpen nuestra quimera: LLEVAR UNA VIDA NORMAL.
El corazón se oprime y aunque nos engañemos que nada ha pasado, el terror se vuelve a apoderar de nuestros músculos y tardará en abandonarnos.  El recuerdo está allí y al más leve estímulo aflora y nos enfrenta al hecho de cuán débiles somos.
Las réplicas, según los expertos (no sé si todos habrán vivido la experiencia de un terremoto) nos acompañarán por más de seis meses.  De noche son más perceptibles y ya oscurece.

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